viernes, 20 de enero de 2012

Refugio

En esos momentos en los cuales no sabía para donde correr, él era mi faro.
Cuando la soledad y la tristeza acechaban, él estaba siempre al borde del camino sosteniendo mi mano.
En plena oscuridad, cuando sólo reinaba la noche, él era mi refugio.
Era más que mi refugio, era cada una de las estrellas que me protegían un poco en todo ese desierto.
En esos momentos de angustia y dolor, él era mi única salvación. Ése remedio a todos mis males.
Estoy segura que él hubiese secado cada una de las lágrimas que brotaron de mis ojos. Estos ojos que le pertenecen, al igual que todo mi ser.
Refugio. Todo se resume a eso. Un lugar donde librarse de todos los males que alguna vez acecharon mi vida. Un lugar cálido donde pasar el tiempo, recuperando las horas perdidas.
Eso era él, aún a la distancia, él era mi refugio.



No hay comentarios:

Publicar un comentario