Podía hacer las cosas más divertidas y sin darse cuenta.
Ella adoraba mirarlo mientras descansaba, cosa que no le costaba mucho porque el trabajo lo liquidaba siempre.
Se movía bastante, pequeños espasmos involuntarios muy graciosos. A veces hablaba dormido, o entre sueños. No distinguía ese momento de vigilia y sueño profundo.
Aún así no había espectáculo ni deleite más digno para sus ojos, que verlo reposando tranquilo, con su profunda respiración acompasada.
Mientras tanto, ella acariciaba sus puntos justos, los más sensibles, y eso lo relajaba.
A ella le llenaba de ternura ver a la fiera calmada, sumisa a sus caricias y mimos.
Otro de los tantos momentos de paz que compartían.
Ella adoraba mirarlo mientras descansaba, cosa que no le costaba mucho porque el trabajo lo liquidaba siempre.
Se movía bastante, pequeños espasmos involuntarios muy graciosos. A veces hablaba dormido, o entre sueños. No distinguía ese momento de vigilia y sueño profundo.
Aún así no había espectáculo ni deleite más digno para sus ojos, que verlo reposando tranquilo, con su profunda respiración acompasada.
Mientras tanto, ella acariciaba sus puntos justos, los más sensibles, y eso lo relajaba.
A ella le llenaba de ternura ver a la fiera calmada, sumisa a sus caricias y mimos.
Otro de los tantos momentos de paz que compartían.
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