domingo, 7 de noviembre de 2010

Superestructura Narrativa-Un sueño


Todas las noches, tenía horribles pesadillas que la hacían levantarse de un sobresalto. Soñaba casi siempre lo mismo: Se miraba al espejo y su cara estaba llena de arrugas, como si fuese el rostro una persona mayor. Ella no se sentía de esa manera, al contrario, era una persona llena de vida. Tenía miedo de dormirse y ser devorada por sus sueños. No quería ver llegar  la noche, pues sabía que soñaría con algo que la perturbaría.
Esperó con ansias la mañana, cuando, luego de leer el periódico, salió a realizar su caminata diaria. Se dedicó a saludar a los vecinos, jugar con los niños, se sentía totalmente fresca. Necesitaba despejar su mente de todo lo que le hacía mal.
Una vez que su día finalizó, llegó a casa, preparó su cena, y luego de comer, se recostó en la cama intentando conciliar el sueño. Las horas pasaron, y sobresaltada, una vez más, se levantó de la cama de un brinco, corrió al baño y se miró al espejo. Observó que los años la habían consumido por completo, y de un día para el otro. Que cada sueño había sido real. Que la delgada línea entre la realidad y la locura se había apoderado de ella. Se dio cuenta, tristemente, que jamás hubo otra persona en esa habitación más que ella misma, y su vejez...     

1 comentario:

  1. la representacion del pasaje de la juventud a la vejezzz es increible en este cuadro ,,,, hay que tener mucha fortaleza espiritual .


    villarroel silvana

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