Galvarino Sergio Apablaza Guerra fue jefe guerrillero del Frente Patriótico Manuel Rodríguez Hermano. Éste chileno de cinco hermanos, fue el primero y el único de los mismos, con la posibilidad de continuar estudios superiores. De esa forma se constituyó en una suerte de orgullo familiar para sus padres.
Durante su adolescencia participó activamente en la política de su país. En sus años de universidad definió su conciencia política, integrándose en 1968 a las Juventudes Comunistas.
Luego del golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973, fue detenido y deambuló por distintos centros de detención como Londres 38, el Estadio Chile, la Cárcel Pública de Santiago, la ex-Penitenciaría, Tres Álamos y Puchuncaví.
En 1974, fue expulsado del país rumbo a Panamá junto a otros 124 chilenos en calidad de exiliados políticos. Desde allí, por razones de salud, decidió trasladarse a Cuba, llegando a la isla en ese mismo año.
Luego de un tiempo en La Habana, aceptó la oferta de su partido cuando este le propuso enrolarse en “un nuevo ejército para liberar a Chile del fascismo”.
Pese a todo Apablaza optó por regresar clandestinamente a Chile a comienzos de 1986, cuando se integró al Trabajo Político del Frente Patriótico Manuel Rodríguez, pero después de conocida la internación de armas de Carrizal Bajo y fracasado el atentado contra Augusto Pinochet, debió regresar rápidamente a Cuba.
Según investigaciones judiciales, en su entorno, surgieron las órdenes para el asesinato del senador Jaime Guzmán y del secuestro de Cristián Edwards, ambos en 1991. Luego de estos sucesos, Apablaza nuevamente debió abandonar el país, regresando a Cuba.
En 1994 el “comandante Salvador” decidió trasladarse definitivamente, y establecerse en Argentina.
Desde el 2003 vive con sus tres hijos argentinos y su esposa, en la localidad de Moreno. La quinta es su lugar de residencia, no sale casi nunca, es un hombre reservado. Hasta el día de hoy, Apablaza se siente acosado y no da entrevistas. Tampoco trabaja. Se dedica a distintos emprendimientos comerciales, según afirman los vecinos.
Un año después, fue emboscado y capturado en su quinta, donde residía bajo el falso nombre de "Héctor Daniel Mondaca". Debió permanecer recluido durante siete meses en la Cárcel de la Unidad de Investigaciones Antiterroristas de Buenos Aires, en espera de que se resolviera su situación procesal. En el 2005, el juez del caso, Claudio Bonadío, decidió no conceder el pedido de extradición a Chile, entendiendo que en ese país se había afectado su derecho al debido proceso y a la defensa. A A
Galvarino, no se quedó de brazos cruzados, solicitó al Gobierno argentino la condición de refugiado político al considerar que en su país es perseguido por las autoridades. Aún así hay muchas pruebas que lo señalan como autor de ambos crímenes y corresponde que sea juzgado por sus autoridades.
Hace dos meses, el Poder Ejecutivo decidió otorgarle a Apablaza el asilo político, por lo cual finalmente no fue extraditado. El gobierno argentino extendió un informe al gobierno chileno justificando esta decisión, en donde incluía el fallo de la Corte y un informe técnico de la Comisión Nacional para los Refugiados (CONARE).
Esta decisión del gobierno provocó fuertes fricciones en las relaciones bilaterales de Argentina y Chile. El Presidente chileno, Felipe Piñera, le explicó muy claramente a la Presidente Cristina Fernández, los motivos por los cuales Galvarino debía ser extraditado. Al negarse, el gobierno chileno, a través del abogado argentino Gustavo Gené, presentó un recurso ante la CONARE para que se revise la decisión.
En resumen, el gobierno argentino le otorgó refugio a un ex terrorista porque, justamente, no considera "terroristas" sus actos. Por terrorismo se entiende también (además de racismo, revoluciones, gobiernos en el poder), actos de guerra y violencia como puede serlo un asesinato impune.
pablaza se le concedió la libertad bajo una fianza, y con expresa prohibición de abandonar Moreno, en donde reside hasta la actualidad.
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