Era un ser con características esquizoides. Su humor dependía vaya uno a saber de qué. Del día o la noche, la luna o las estrellas o de la marea alta. Nadie lo sabe. No era para nada estable. Fumaba y mucho. Los puchos no le duraban una cuadra. Estaba colgado de una palmera. Se distraía fácilmente. Era total y plenamente inquieto. Le costaba aceptar que le dijeran cosas lindas. ¿Decir algo tierno y romántico? Era más posible que la Luna y el Sol se encontraran y salieran a tomar un café. No quería darse cuenta de cuanto ella lo amaba. No terminaba sus escritos ni por casualidad. ¿Normal? Lejos estaba de serlo.
Pese a todo esto enumerado, era perfecto.
Pese a todo esto enumerado, era perfecto.
Defectuoso y todo, ella lo ama así, tal cual es.
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