viernes, 20 de abril de 2012

Inusual


Un hombre común una jeans, los suyos están bastante rotos.
Un hombre común es alineado, el no conoce el significado de un peine.
Un hombre común lleva maletín o mochila, él usa un morral de colores.
Un hombre común sonríe y ahí se terminó el asunto, su sonrisa es diferente a todo lo que se haya visto.
Un hombre común con ojos marrones es eso, un hombre con ojos marrones, pero los suyos tienen manchitas que los hacen únicos.
Un hombre común lleva en sus bolsillos las llaves de su casa, él lleva almendras, nueces y cereales de colores.
A un hombre común los cigarrillos le duran un rato, él se los termina en una cuadra.


Pequeñas cosas que lo hacen único.
Pequeñas cosas que me enamoran.



sábado, 14 de abril de 2012

Calculando

- 104 días de disfrutar mi libertad. ¡104 días de vivir este amor!

- ¿Los tenés contados? Es un gusto compartirlos con vos.

- En realidad son más días, pero mi referencia es el 31 de diciembre. También se cumplen 10 días, 9 horas y 43 minutos desde que no te beso ni te abrazo.

- No puede ser que cuentes todo…

- No cuento todo, solo sumo, saco cuentas. No soy obsesiva con eso. Bueno, quizás un poco de ambas.


-¿Segura? A ver, decime cuántas veces te dije “Te quiero”, creo nunca haberlo dicho tantas veces.

-No recuerdo… Bueno puede ser que en 18 días me hayas dicho “Te quiero”  7 veces, o sea: 2, 5 veces por día, 1 sola vez que me extrañás y…


- …

          Interiormente pienso: alguien que con los números es bastante raro se sorprende de que cuente todo. ¡Lo dice un tipo ya de por sí, raro!
Creo que me entenderás si te digo que un viaje de ida 124 no es lo mismo que un viaje de vuelta  146. Menos que menos un Sáenz 943, o 12 pisos con 349 escalones. 3 puchos y nos subimos 49.
          Partiendo de la premisa que los números gobiernan el mundo, y vos gobernás mi mundo… ¡Entonces vos sos un número! ¿Un número más o un número menos? Yo creo que un número único, irrepetible. Me encantaría poder ser calculadora, que entres en mí, poder sumarte, dividirte e inclusive elevarte al cubo. ¿Qué resultado arrojaríamos? Porque un resultado no lo arroja sólo la calculadora, para poder calcular se necesita un número. Y ahí entrás vos. Mi número preferido, el número de la suerte, el que nunca falla, siempre fiel.
No sé si cualquiera que lea esto podrá descifrar nuestros códigos. Yo sé que vos sí porque sos un número, y los números entienden de matemáticas y esas cosas. Y yo, que a esta altura ya me convertí en calculadora, mi función principal es resolver ecuaciones.
Es una simbiosis perfecta en todos los órdenes de la vida. Fijáte que  siendo yo calculadora y vos número, nos complementamos igual de bien que siendo vos humano, y yo humana.
          Entonces para terminar con estos cálculos, te invito número, a que te sumerjas en mi, así podemos hacerle un bien al mundo, calcular juntos y gobernarlo…  



viernes, 13 de abril de 2012

Jealousy

Según el diccionario, los celos son una respuesta emocional que surge cuando una persona (particularmente yo en este caso) percibe una amenaza hacia algo que considera como propio. Esto me lleva a averiguar que es “amenaza”  y qué es “algo propio”.
Amenaza es considerado algo que puede producir un daño (un daño como por ejemplo separarme de vos).
¿Algo propio? Es algo que se posee (…)
Sigue sin cerrarme la parte de “algo”.
¿”Algo”, es lo mismo que “alguien”? De ser así yo no te poseo, no tengo derechos ni legislación sobre tu cuerpo, tu vida o sentimientos.
Los celos son la sospecha o inquietud ante la posibilidad de que la persona amada (o sea vos) nos reste atención en favor de otra (o sea “x” persona).
Es algo común en el ser humano sentirse así. ¿Será parte del amor? ¿Inseguridad?
Es horrible imaginar que, sea quien sea, podría llegar a provocar que (en un hipotético caso) me restes atención. Son pensamientos fugaces que cruzan mi mente… Sólo a veces.
Creo que todo se resume en que todo lo relacionado a vos me afecta el triple. Me importás.

Hasta ahora no te pedía nada a cambio… Hoy necesito paciencia y compresión. Lo primero sobre todo.
Tomalo o dejalo.


-Yo ya te elegí…


Pd: Te amo.



jueves, 12 de abril de 2012

Alma Gemela

                Y otra vez el destino los separaba y los volvía a juntar. Ambos sentados, viajando, mirando por la ventanilla quizás, pero en colectivos diferentes. Diferentes destinos. Alejados pero al mismo tiempo conectados como de costumbre. Pensamientos mutuos y compartidos. Ganas del otro. Sentir. Besar. Piel. Quizás sus destinos eran distintos en ese momento, pero ella tenía la certeza de que al final del camino se cruzarían, llegando así al mismo lugar.
                Él escribió al mismo tiempo: “Quizás estaba así planeado por algún motivo. ¿Sería esa la última despedida? ¿Sería esperando el reencuentro? Quizás estaban hechos para que fuese así...”
                Ella sabía que lo estaban. Todo era perfecto para ambos. Las coordenadas de sus viajes comenzaban a encuadrar, a coincidir.
                ¿Serían almas gemelas? La historia dice que las almas gemelas se conocen bien y comparten muchas experiencias intensas que los acercan sentimental y emocionalmente. Lo que se experimenta al producirse el encuentro con un alma gemela, la primera vez, o inclusive en un tiempo posterior, son emociones muy especiales. Se siente una energía frenética, el corazón late rápido, inclusive al estar quietos. Hay un estremecimiento que se transmite por toda la piel, y otras manifestaciones emocionales y físicas que manifiestan la intensidad de nuestro deseo interior de estar con esa persona para siempre.
                Eso sucedía cuando estaban juntos, no había dudas. Era difícil de explicar con palabras, pero nunca antes ella había experimentado lo que él le hacía sentir.
Criados en el mismo pueblo, después de años, conocerse por casualidad. Flecharse. Vivir a 360 km el uno del otro, y ahora esto último cambiaría. Por motivos externos a los deseos de ella, él empezaría una nueva etapa en su vida y muy cerca de ella. Cerca en todo sentido.
¿Amor? ¿Podría amarla?
Sólo tiempo.

Se dice que si uno desea algo con todas sus ganas, ese algo se convierte en realidad.

"Cuando una persona desea realmente algo, todo el mundo conspira para que pueda realizarlo". (Coelho)



lunes, 9 de abril de 2012

Escrito de a dos (inconcluso)

Raro era poder ver las estrellas en Bs. As., pero esa noche ahí estaban. Las estrellas y él. Dos de los fenómenos más lindos que tenía el universo. Ambos, el universo común, el de todos, y el universo paralelo donde ella se transportaba cuando estaban juntos.
Las ganas de tocarlo, abrazarlo y besarlo eran totalmente incontenibles.
No hacía mucho que no se veían pero la espera se había hecho interminable.
Musculosa negra. Sin saberlo él, tenía puesta una de las prendas más sexys que ella conocía en un hombre. ¡Debilidad! Otra de las tantas que le pertenecían. Podía enumerar 900, pero todas se resumían en una: Él.
Con su lapicera en mano y él a unos centímetros suyo, escribió lo que pudo como pudo. Intentando no distraerse y seguir la línea. Imposible, por eso decidió terminar acá.





Y acá es donde empezó él...






jueves, 5 de abril de 2012

Diferente

“Si fuese tu novio te llenaría de flores”. Ahí radicaba una de las diferencias más notorias. Cualquier hombre común le regalaría flores o un simple peluche. Pero él ya sabía que las flores no le gustaban, que prefería una golosina, un chocolate. Sabían sus gustos, se conocían pero no del todo. O casi, porque eran tan parecidos que uno podía meterse en la cabeza del otro y robar pensamientos, frases, hasta números. ¿Casualidades? Nunca lo sabré, simplemente pasaban cosas que daban a pensar. Situaciones extrañas que en cierto modo los unía aún más.
Como en toda historia también tenían momentos en donde los cables se cruzaban, sobre todo a ella. Pero duraba poco porque el mejor remedio para eso eran sus besos y mimos.
A veces se preguntaba qué pasaría en un futuro, lejano o cercano, no importaba. Ella necesitaba decirle Te amo, y ya no tenía miedo. Se lo venía guardando hacía un tiempo, y no porque ella quisiera, sino porque él se lo había recomendado. Ya no más. Había llegado un punto en el cual si él hacía lo que quería, ella también comenzaría a hacerlo. Todo se resumía en poder expresarle lo que sentía, lo que nunca antes había podido decirle en la cara.
Sólo le recomendaría que se prepare… ¿Podía fallar? Según él, ella daba en la tecla siempre.


Él es uno en un millón.




miércoles, 4 de abril de 2012

La Negra

Se conocieron en el pueblo hacía más de un año. Personalmente me gustaría saber si se flecharon de inmediato o se tomaron su tiempo para decidir estar juntos. En fin, son sólo cuestiones menores. 
Ella se convirtió en su cómplice, en esa mujer que debía tener junto a él siempre. Se hicieron grandes amigos, y con el tiempo esa amistad se convirtió en amor. 
Compañeros de rutas argentinas, viajes e interminables largos kilómetros. 
Muchas horas habían pasado juntos, pegados el uno al otro, como para separarse justo en ese momento.
Tuvieron que distanciarse por unos días. Él la dejó sola, le dio su espacio. 
Simplemente necesitaba aires nuevos, buenos aires, renovar un poco el monoambiente en su cabeza y despejarse. 
Ya la extrañaba, quería tenerla con él, poder sentirla nuevamente bajo sus dedos. 
La Negra tenía magia y no podían separarse así porque sí. 
Había situaciones y sentimientos que los unían: a ninguno les gustaba los adoquines, de hecho era una de las cosas que más odiaban. Él por verla sufrir el empedrado, y ella por sufrirlo en sus partes más íntimas.
Adrenalina les sobraba, disfrutaban ir rápido, tomar velocidad
 y sentir cómo el viento chocaba en sus caras y los despeinaba. Eran momentos en donde él y La Negra se sentían uno solo. 
Era una gran compañera... pero toda historia de amor tiene un final...
¿Cuándo? No me corresponde a mí decidirlo…







lunes, 2 de abril de 2012

Sólo Quizás.

Quizás escriba algo en este momento, pero no más en tercera persona. Esta vez lo voy a hacer diferente y todo se debe a tu presencia. No digo que hayas estado ausente en algún momento, tampoco que te recuerdo a veces. Presente siempre estás, estés o no físicamente conmigo, y es imposible acordarme de vos porque nunca te despegás de mi cabeza. Pasan los días y una le va tomando el gustito a tenerte cerca, difícil va a ser el día que te vuelvas a ir, pero para eso, falte mucho o poco, falta igual. 

¿Planes con vos?, puedo enumerar 1 millón, pero con usted muchachito nunca se sabe nada, y eso es lo lindo de todo esto. Me altera los nervios claro que sí, pero me mantiene ocupada y a la expectativa de saber que va a pasar en el próximo capítulo, puede ser la continuación de muchas más hojas o simplemente el final del libro, quizás.
Me gusta que escribas, que me escribas, que escribamos juntos, que escribamos separados, escribirte. Es algo que me inspira, me pone el motor en marcha, me encendés la lamparita cada vez que te leo, que compartimos algo. Una salida, besos, caramelos, cigarrillos, chocolates, bufandas o gorros. Todo me llena de vida, me hace bien, me tiene feliz.
Pararnos debajo de un cartel que diga: Pura Piel. Que vos me digas en consecuencia “estamos hechos”, todo eso y más, simplemente me hace bien.




Quizás algún día puedas amarme, pero sólo quizás…