Conocedora de la mitología griega me siento identificada con
un personaje muy peculiar. No por su avaricia y maldad pero si por el castigo que
recibió. A veces me siento Sísifo. Condenada
por los Dioses a empujar perpetuamente una piedra gigante hasta la cima de una montaña
sólo para que vuelva a caer rodando hasta el valle, y así eternamente. Es una historia
que nunca acaba, él castigado por ofensas cometidas, y yo, castigada por amar al
hombre no correspondido. No creo que esto necesite de mucha explicación. Simplemente
me siento Sísifo, cargando con un peso
enorme, llegando a la cima, rozando el cielo con la punta de los dedos, ¿todo para
qué? Para que esa piedra vuelva a caer por su propio peso, desmoronando el esfuerzo
y las energías puestas en haberla llevado a la cima.
Es una historia que nunca se termina…
Es una historia que nunca se termina…
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