viernes, 8 de febrero de 2013

Consumida

Enciendo un cigarro con tu encendedor celeste y pienso. Pienso como la mayoría de las tardes que podría estar ahí con vos. Mirando la tele, tomando mates en el patio. Viendo como haces las cosas de la casa, dándome un beso a la pasada, fumando un cigarrillo juntos.
Pero después caigo en la realidad. El cigarrillo se consume, como me consumo yo por dentro, y vuelvo a mi mundo y vos no estás. Largo el último humo de mi boca y en él advierto cuán difícil se me hace la vida, lo cotidiano, sin vos. 



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