viernes, 3 de febrero de 2012

Dopamina

           Sintió pequeños, muy pequeños deseos de escribir. No sabía si iba a terminarlo en ese momento o quizás quedaría para otro entonces. Tampoco tenía definido sobre que iba a escribir específicamente. Sólo sabía que hacía falta un poco de fuego a todo eso. Mucho amor, mucho rosa, pero hay algo inevitable en los seres vivos, y es el sexo. Hay muchas formas de tener sexo o de hacer el amor, porque por más que lo discutan son cosas diferentes.
            Entre ellos ese fuego siempre estaba intacto. Las noches que pasaban juntos, siempre en la misma cama, eran interminables. O mejor dicho, se pasaban muy rápido. Muchos dicen que el amor no se manifiesta en el deseo de acotarse con alguien, sino de dormir con esa persona. Era verdad, pero si había un deseo, no importaba cuál, ya podía considerarse que había un interés de por medio. 
Juntos eran puro amor pasional, ese deseo intenso, más intenso que el amor propio en sí. Haciendo un poco de investigación, me di cuenta de que en este punto entra en juego la dopamina, que está relacionada con las emociones y las sensaciones de placer. Y nada era más placentero que estar con él. Si todas las adicciones fuertes provocan la generación de dopamina, él ya era una adicción, y ella estaba llena de esa droga. 
            El amor, científicamente hablando es una adicción positiva que se puede tornar en ansiedad cuando uno es rechazado o pasa mucho tiempo sin esa persona. Esto pasa porque el amor activa el sistema de recompensa del cerebro, que nos arrastra a ver recompensas y motivarnos a conseguirlas. Para nosotros, y sobre todo para ella, el ser amado es el premio, es por eso es que centramos nuestro mundo en él. Y evidentemente su mundo era él, en el sentido más amplio. 
            El amor y la atracción sexual son dos cosas diferentes: en el amor influye la dopamina, en el acto sexual la testosterona, pero no está todo tan claro. El amor siempre incluye el componente sexual, y si tenemos sexo con una persona, puede terminar convirtiéndose en amor, porque en el acto sexual se generan grandes cantidades de dopamina...

¿Interesante no?



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